Gestiones frente al COVID-19: Casos Japón y Perú
Por Genaro Aveledo:
El COVID-19, comúnmente conocido como Coronavirus, ha representado un cambio forzoso en la mayor parte de las estructuras sociales, económicas y políticas. En este caso nos interesa saber cómo la pandemia ha catapultado o aplacado la popularidad de los gobernantes en sus países en base a la respuesta, efectiva o no, para frenar el contagio.
Resulta útil destacar que son muy pocos los países que han logrado realizar suficientes test de diagnóstico para proyectar una cifra de infectados real y objetiva, debido a una falta de capacidad estatal.
Tomemos los ejemplos de Perú y Japón, países considerablemente distintos y cuyos líderes viven momentos muy diferentes. En Perú gobierna Martín Vizcarra desde el 23/03/2018 tras la renuncia de su antecesor. En la nación nipona el Primer Ministro Shinzo Abe gobierna desde el año 2012, siendo la persona que por mayor tiempo ha ostentado el cargo en la historia de su país.
Intentemos posicionarnos cronológicamente en el mismo punto de inicio: enero de 2020, ¿cómo eran evaluados estos gobernantes por la población?
Vizcarra venía de un auge en su popularidad posterior a la disolución del Congreso con un 84% de aceptación, para enero solo el 55% apoyaba el trabajo del mandatario, datos proyectados por la agencia Datum. En Japón, un gobierno parlamentario liderado por el Partido Liberal Democrático, contaba para enero con un 44,6% de aprobación frente a un 38,9% de rechazo según Sankei & FNN, otra agencia como ANN elevaba la diferencia a un 45,4% de aprobación en contraste a un 35.7% de rechazo.
En Perú fue reportado el primer caso el día 06/03/2020 importado de España, entre las medidas tomadas destacan la declaración de Estado de Emergencia así como un toque de queda, acompañadas de la pospuesta del inicio de clases, bonos para el personal de salud, reducción del transporte, desinfección de los espacios públicos, cierre de fronteras y limitación de la circulación en las calles por género. Hasta el día 16/04/2020 en este país se han reportado 12.491 casos confirmados, 6120 casos recuperados y 274 muertes.
En Japón el primer caso fue confirmado positivo entre los días 10-15/01 del presente año, el caso fue importado de Wuhan. Fueron clausuradas las escuelas preventivamente, el gobierno advirtió a sus ciudadanos en contra de reunirse sin ser totalmente necesario. Medios de comunicación han catalogado la respuesta de Japón como laxa, al ser comparada con las propuestas por países europeos y americanos; sin embargo, la cifra de infectados y de muertes no es considerablemente alta para un país con una población de 126 millones de personas concentradas geográficamente en poco territorio, la respuesta parece encontrarse en la misma cultura del país: el uso común del tapaboca y la misma dinámica de las relaciones sociales según la cual los ciudadanos no suelen saludarse con un estrechón de manos o un abrazo, sino con un reverencia, pueden formar parte de las causas que han frenado la propagación del COVID-19. El gobierno ha entregado ¥300 000 ($2.785 aproximadamente) a las familias en condición de vulnerabilidad, estimando la entrega en metálico a al menos 10 millones de familia que hacen vida en el país. Para el día 16/04/2020 Japón cuenta con 8582 casos confirmados, 901 casos curados y 136 muertes.
Ubicados en abril de 2020 la popularidad de Vizcarra, según el Diario El Comercio, ha aumentado a 83% frente a la pandemia, al mismo tiempo que el 95% está de acuerdo con las medidas del aislamiento social obligatorio. Abe no parece recibir el mismo trato de sus compatriotas: para abril la agencia JNN cuantifica la aceptación del gobierno en un 43,3% frente a un 52,7% de rechazo, Sankei & FNN (que también realizó sondeos en el mes de enero) reporta un 41,3% de aprobación y un 41,1% de rechazo. Es una evidente disminución en la popularidad de Shinzo Abe, aunque según la encuestadora la brecha cambie.
¿Por qué la popularidad del Primer Ministro japonés ha disminuido tanto al compararlo con el Presidente del Perú, país que, sufre de mayor número de contagiados y de muertes por COVID-19?
La respuesta puede encontrarse en la reacción de los medios y la oposición frente a las medidas tomadas por Abe: la poca cantidad de pruebas realizadas diariamente, haciéndose 900 al día mientras que países vecinos han realizado hasta 10.000 diarias. Se ha criticado la falta de liderazgo de Abe, quien no ha tomado un rol protagónico en la lucha contra el COVID-19 y cuestión se vio reflejada con las celebraciones de la llegada de la primavera, en la que miles de japoneses salieron de sus casas para disfrutar el florecimiento de los cerezos.
Mientras esto ocurría en Japón, en el Perú el Presidente comunicaba los nuevos acontecimientos de la pandemia diariamente desde que se confirmó el primer caso de COVID-19 en medios tradicionales y digitales, así como campañas de concientización en las calles. Quizá una gran innovación para incentivar el cumplimiento de las medidas de aislamiento fue lo que denominaron “técnica del martillo”, que consiste en el monitoreo del tránsito a través de los celulares, brindándole información al ejecutivo para controlar más efectivamente la cuarentena. La seriedad, humanidad y severidad de la información y la comunicación son factores importantes para consolidar un liderazgo que pueda hacerle frente a la pandemia.
¿Tenían ambas poblaciones distintas expectativas de sus gobernantes? ¿Qué tanto influyó la capacidad mediática para unificar a la población detrás de una tendencia?