La dignidad humana es la medida de la política

“La política y el gobierno existen para promover el bien común de la sociedad. El bien común se consigue mediante el desarrollo humano  integral y la paz. El desarrollo es, como lo definió Lebret, el paso de un nivel menos humano a uno más humano de vida. Y según Pablo VI está íntimamente unido a la paz, pues nada menos, es “El nuevo nombre de la paz”. Así que la conexión de todo está en la dignidad de la persona humana, esa y no otra es la medida de la política. Lo que nos dice si una política es buena o mala.”

Son palabras del presidente del Instituto de Estudios Parlamentarios Fermín Toro, Ramón Guillermo Aveledo, en sus conferencias sobre  “Humanismo Cristiano y Política” en un salón de Valera y en la Cámara de Comercio de Trujillo, durante su visita a ese estado andino del 7 al 9 de junio, gira que incluyó un programa en la televisión regional, un encuentro con los medios de comunicación trujillanos, reuniones con diputados, dirigentes políticos y sociales y una visita a la Jornada de Solidaridad en Betijoque, atendiendo invitación del Instituto de Estudios e Investigación Política “Dr. Humberto Calderón Berti”, cuya creación han promovido jóvenes profesionales de la región.

La necesidad del cambio en Venezuela te golpea en la cara en la dura realidad trujillana – dijo Aveledo- quien conversó con gentes que esperaban tres días en las colas para poner gasolina, con productores del campo afectados por la falta de semillas, fertilizantes y plaguicidas, con familiares de jóvenes que emigraron. En ese cuadro dramático, impresiona y estimula ver que el indomable espíritu venezolano no se rinde en la tierra de José Gregorio y el sabio Rafael Rangel, de Don Mario Briceño y de Gabaldón. 

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