La juventud y la mujer deben estar presentes en la reconstrucción del país

Tres secretarias nacionales de partidos democráticos y una dirigente municipal analizaron el papel de la mujer y de las jóvenes en la política venezolana, en el Foro “Política Nacional desde la Perspectiva de la Juventud: Más allá del activismo y la Militancia”, convocado por el IEPFT.  Sin la participación en la toma de decisiones será complejo resolver los problemas, en medio de la crisis, coincidieron.   

Las secretarias juveniles nacionales Evelin Pinto (AD), Celeste Pérez (UNT) y Silvia Solórzano (PJ), y  la dirigente en el municipio El Hatillo, Ariana González (VP), participaron  en el foro “Política Nacional desde la Perspectiva de la Juventud: Más allá del activismo y la Militancia”, que fue convocado vía online por el Instituto de Estudios Parlamentarios Fermín Toro (IEPFT).

El evento fue moderado por el politólogo Guillermo Tell Aveledo, decano de la Facultad de Estudios Jurídicos y Políticos de la Universidad Metropolitana, quien destacó la necesidad de que en Venezuela se adopten los temas nacionales tradicionales, ante las generaciones de jóvenes millenials o generación “Z” que sienten las presiones y angustias que todos su pares sienten en la actualidad en medio de la crisis global y la pandemia. Y a esto se suma la propia vivencia venezolana. Mencionó, por cierto, el tema del internet como uno de las principales dificultades del libre ejercicio de la participación en foros virtuales.

“Mientras ciertos jóvenes puedan sentir superados temas como las libertades civiles, las democracias y los derechos humanos, en Venezuela tenemos que retomar esos temas con la agenda tradicional con las preocupaciones del clima del empleo del nuevo tipo de trabajo, de la estructura familiar y nuevos valores que hacen más complicada la visión de los jóvenes”.   

“El reto especial en Venezuela tiene más relevancia porque para los jóvenes venezolanos el asunto no se trata de cumplir con la agenda juvenil tradicional, sino además hacerlo en libertad en una sociedad tan deprimida y afectada, tan desigual como la nuestra”.

Se refirió a las panelistas como jóvenes de partidos democráticos, perseguidos y afectados en su estructura y “que no solo están dando la cara como jóvenes, cosa excepcional en general, sino dando la cara como mujeres de partidos democráticos”.

Marialbert Barrios, miembro directivo del IEPFT, tuvo a su cargo la presentación del foro que se realiza en sintonía con el liderazgo nacional, en medio de la profunda crisis política, económica social que impacta principalmente sobre la juventud como parte de los grupos vulnerables, y en el contexto de las diferencias de género que prevalecen aún en la sociedad venezolana.

Reconoció además el esfuerzo del Instituto que a lo largo del año 2021 ha procurado estos de encuentros de debate, de generación de ideas y reflexión.

No podremos resolver los problemas sin la participación femenina

Pinto, politóloga de la UCV y con  maestría de gerencia pública en el IESA señaló que en Venezuela existen barreras estructurales que afectan la participación política de las mujeres. “Existen prioridades como el debilitamiento de las instituciones, la inestabilidad política, polarización,  la emergencia humanitaria compleja y la constante violación de derechos humanos, que privan en la agenda pública por encima de una agenda de género.  Y eso es parte de un error de conceptualización”, señaló.

Durante su exposición sobre la participación política de la mujer y el rol de las jóvenes en la política, citó cifras que sustentan su visión. En Venezuela  más de 51% de la población son mujeres, de acuerdo con proyecciones del último Censo Nacional de 2011.  Mencionó el reciente estudio de la ONU sobre  representación femenina en los más altos cargos del mundo publicado en 2021:  De  152 jefaturas de Estado,  9  están ocupados por mujeres; solo 13 mujeres se desempeñan en las 193 jefaturas de Gobierno. En las  277 presidencias de parlamentos del mundo  hay solo 58 mujeres, mientras que de 582 vicepresidencias de Gobierno 165 son mujeres.

“Venezuela no escapa de esa realidad”, dijo.  Por ejemplo, durante cinco años de gestión de la AN de 2016, solo una mujer alcanzó la junta directiva en ese periodo; en las negociaciones de Oslo no participó ninguna figura femenina;  y de los 6 diputados de la oposición que integraron el Comité de Postulación Electoral  una sola mujer tuvo representación.  Además, de los 11 cargos del Gabinete del Centro de Gobierno del presidente Juan Guaidó, en 2019,  uno solo fue ocupado por una mujer.  Y en las presidencias de partidos políticos  solo AD está al frente una mujer, aunque el mando político de la secretaría general está a cargo de un hombre. 

 “No tomar en cuenta las participación de las mujeres, más allá de ser consultadas, no solucionará los problemas que debemos atender. Es necesario tomar esto en cuenta para ir mejorando estos espacios de participación”, dijo, aunque reconoció la participación de destacadas mujeres en el mundo político, jurídico y social”.

Ponerse lentes de género para avanzar en la reconstrucción

Por su parte, González, licenciada en Educación, dirigente en el municipio El Hatillo y activista en derechos de la mujer, dijo estar convencida de que Venezuela vive un momento histórico y exige que las mujeres estén en los espacios de toma de decisiones.

“Este país se ha convertido en el centro de deudas sociales  y cada periodo que pasa esa deuda aumenta”. Luego de hacer un recuento de la crisis política, social y económica en las dos últimas décadas, refirió que “la mujer venezolana es la principal afectada de esa crisis sin precedentes y como tal deberíamos ser las principales en  ocupar los espacios de toma de decisiones para no solo resolver el conflicto político y social de nuestro país, sino también para reconstruirlo”.

Precisó que una de las vías para hacerlo es a partir de los partidos políticos. “En este momento nuestros partidos están en un despertar con respecto a los temas de género”, dijo. Y extrapolando el caso de los miopes que usan lentes correctores contra sus distorsiones visuales, indicó que lo mismo ocurre con los temas de género. “Si nosotros no nos ponemos los lentes de género y comenzamos a ver desde este punto de vista al mundo, donde representamos más del 50% de la población, es muy difícil avanzar en una reconstrucción para todos”.

Hizo mención de las abundantes denuncias de abuso sexual a través de las redes, en abril pasado, “que es solo uno de los tipos de violencia que sufrimos las mujeres a diario”, y resintió que el Estado venezolano fuese incapaz de atenderlo. También puntualizó que existe violencia política y que no está tipificada”

“Por eso es tan importante que desde nuestras organizaciones, que se supone somos llamadas a reconstruir el país y prometer un futuro mejor, tenemos el compromiso de trabajar en conjunto por una agenda que responda realmente a las necesidades de la mujer que al final de cuenta es la mayoría del país y no se está atendiendo”.   

El salario de enfermeras no da ni para poner blancas las batas

Pérez,  licenciada en Enfermería en la UCV y activista en defensa el medio ambiente, abordó las luchas que los jóvenes estudiantes han emprendido por los espacios universitarios y por la autonomía. “Los jóvenes históricamente han tenido que salir en defensa no solo de la educación y la universidad, sino también en distintas aristas políticas, en un momento de tiranía que ha querido hacerse parte en la universidad venezolana y espacios de encuentro juvenil”. 

En el paso histórico, la participación femenina ha tenido protagonismo. Mencionó el liderazgo logrado por jóvenes en Centros de Estudiantes de distintas casas de estudio superior, así como las mujeres rectoras frente a estas que “están asfixiadas por el régimen de Nicolás Maduro y aun así no hemos permitido que impongan la dinámica”.

Hizo referencia a los “salarios de hambre” de profesores universitarios que no exceden los 5 dólares, aunque tengan doctorado. “La lucha desde los partidos es importante para rescatar la universidad venezolana”. También recordó que el fenómeno de la diáspora como un tema al que se enfrenta el joven universitario, debido a la falta de condiciones laborales. 

Al referirse a las condiciones de las enfermeras en el área de la salud, indicó que no existen condiciones laborales dignas para salir adelante. “Cómo una enfermera decide hacer un doctorado si el salario no le da para sustentar una carrera universitaria. El salario de una profesional de Enfermería no le da ni siquiera para comprar el jabón para mantener blanco el uniforme que con tanto orgullo llevamos a esos hospitales”.

Reconoció a los jóvenes, a profesores y a autoridades por mantener la universidad en pie, que es el reflejo de lo que es el país.

Buscar jóvenes para seguir haciendo política

Solórzano, por su parte, se refirió a la juventud y la política nacional sumida en “fuerte polarización y sobrevivencia”.  Luego de un recorrido de los eventos de persecución, exilio, e inclusive la muerte y las dificultades de los partidos por mantenerse a flote debido a la crisis económica, abordó el tema de la dificultad de servir desde la política y por ende de recuperar la democracia.  “Muchos de los jóvenes han dejado de hacer política producto de esa persecución y también se han  disminuido las capacidades y las oportunidades. Y esto ha ocasionado que los jóvenes se vayan del país o el abandono de política para buscar otros ingresos para mantener a la familia”.

De los casi 6 millones de venezolanos que migraron del país, 70% son jóvenes menores de 35 años y poseen títulos universitarios, indica un estudio realizado por la Unimet, acotó.

Abordó la desvinculación del ciudadano con la política. “Ha habido una desconexión entre la política y mi rol como ciudadano e incluso el rechazo que es preocupante porque da pie a la intensificación de la antipolítica que es muy peligrosa para la recuperación democrática del país”.

“Hacia dónde debemos ir?”, se preguntó.  “Hay que buscar un acercamiento con la población. Como jóvenes tenemos que buscar herramientas para fortalecernos como seres humanos y como instrumentos de servicio y cambio para el país. Hay mucho que hacer por incluir a muchos más jóvenes para hacer política”

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