La peronización de la política argentina

Por: Edmundo González

El venidero 11 de agosto tendrán lugar en Argentina unas elecciones primarias para escoger los candidatos presidenciales que se medirán en las elecciones generales del mes de octubre próximo.

En estos comicios pueden votar todos los ciudadanos sin necesidad de estar afiliados a organización política alguna. Se realizan simultáneamente en todos el país y son obligatorias. Las PASO (Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) como se conoce este mecanismo, fueron institucionalizadas en el año 2009 como propuesta para promover la participación política.

Aunque lleven el nombre de primarias, este proceso es más bien una encuesta real que sirve para valorar los niveles de apoyo de cada candidato de cara a las elecciones presidenciales de octubre. En el fondo, es más importante que una encuesta, sin margen de error, y con una cobertura en todo el país. No en balde, algunos ya la consideran como un plebiscito o como la primera vuelta de las elecciones presidenciales.

En esta oportunidad la impronta del peronismo es el elemento más comentado por analistas y tiene que ver con la proliferación de candidatos que provienen de ese movimiento político.

En efecto, el candidato a vicepresidente que acompaña a Mauricio Macri es el dirigente peronista Miguel Ángel Pichetto. La fórmula presidencial Alberto Fernández y Cristina Fernández lanzaron como candidato a primer diputado en la provincia de Buenos Aires a Sergio Massa, un experonista moderado que formó parte del gabinete de Néstor Kirchner en el 2009.  La tercera candidatura es la del respetado economista Roberto Lavagna quien también viene del mismo origen político y fue el artífice de la superación de la crisis económica de 2001

Es, a fin de cuentas, una “peronización” de la política puesto que en las tres fórmulas más importantes hay peronistas: con Macri, con Cristina y con Lavagna. Poco pareciera importar si son figuras ya desgastadas por lo que cabe preguntarse, donde quedó la renovación y dónde han quedado las nuevas generaciones.

El peronismo es un fenómeno político propio de la historia argentina.  No es sencillo definir su orientación o definición ideológica pues en su heterogeneidad conviven los pensamientos nacionalistas originarios de los años cincuenta, los de izquierda de la década de los sesenta-setenta (montoneros) y de derecha (el “brujo” López Rega –secretario privado de Perón-).

Aunque muchos atribuyen al peronismo el origen de la inestabilidad argentina, es en realidad una “cultura”, un “sentimiento,” un fenómeno psicosocial arraigado en el pensamiento de una parte de la sociedad que aún después de más de siete décadas, conserva vigencia.  

De cualquier modo, en medio de la incertidumbre electoral, lo que sí parece claro es que la polarización entre las candidaturas de Mauricio Macri y Cristina Fernández de Kirchner –formalmente candidata a vicepresidente pero que en la práctica sería la que ostentaría el poder-, forzará al gobierno a redoblar los esfuerzos en los meses por venir para remontar la opinión adversa que tiene en estos momentos. Los resultados de las PASO contribuirá a ajustar las estrategias de la campaña.

Caracas, 30 de junio 2019

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