Octubre electoral

Por: Edmundo González Urrutia

Tres elecciones presidenciales tendrán lugar el venidero mes de octubre. La primera, el domingo 20, en Bolivia y una semana más tarde en Argentina y Uruguay. Los resultados de estos comicios podrían comportar cambios en el tablero político regional.

En Bolivia, Evo Morales, quien aspira a un cuarto mandato consecutivo, y es el gobernante con mayor tiempo en el poder, aparece como el favorito de las encuestas a pesar de que su candidatura es considerada ilegal por amplios sectores de la sociedad, pues en el 2006, mediante un referéndum, se rechazó la reelección. Siguiendo el modelo de Cuba, Nicaragua y Venezuela donde no hay elecciones libres ni justas, Bolivia se ha convertido en una “dictadura electoralista” gracias a un fallo del Tribunal Constitucional que, recurriendo a ciertas artimañas jurídicas, determinó el derecho a la reelección indefinida. Su competidor es el expresidente Carlos Mesa. Con otros cuantos candidatos opositores en la escena, la opción de triunfo de éstos luce complicada. No obstante, todavía existe un 21% de indecisos, y hacia ellos apunta la estrategia opositora para pasar a una segunda vuelta. Ese es el escenario al que apuestan los adversarios de Morales y al que las encuestas le dan alguna oportunidad.

En cuanto a la Argentina, al presidente Macri se le han juntado dos crisis simultáneamente. Con unas elecciones presidenciales previstas para el 27 de octubre, deberá sobreponerse a los resultados de las primarias que constituyeron un duro golpe para el ejecutivo en términos de una abrumadora e inesperada votación del candidato opositor del Frente para Todos, el peronista Alberto Fernández, que se alzó con el 48% de los sufragios, y a los desarrollos de una crisis económica que ya venía desde 2018 pero que irrumpió con mayor fuerza a partir del día 11 de agosto al conocerse los resultados de las llamadas PASO.

Lo que siguió después fue un guion ya conocido para los argentinos: profundización de la crisis económica; devaluación de la moneda; controles de cambio; aumento del salario mínimo; caída de la las acciones y depreciación de los bonos; inestabilidad de los mercados financieros; el aplazamiento de pagos de una parte de deuda y la reestructuración de unos 50.000 millones de las deudas a corto plazo del total que ya ronda por los 101.000 mil millones de dólares. En suma, la sombra del default ya se ha instalado en el imaginario colectivo y el gobierno se vio obligado a tomar medidas contrarias a su pensamiento económico: eliminación del IVA en algunos productos, congelamiento de precios de los combustibles, entre otras.

Con todo ese panorama, luce cuesta arriba que en el poco tiempo que queda para las elecciones presidenciales del 27 de octubre el presidente Macri pueda remontar la diferencia de 15 puntos porcentuales con la que se alzó el triunfo del peronismo. Lo cierto es que el candidato Alberto Fernández luce fortalecido y Macri apuesta a que se repita el escenario de 2015 cuando perdió la primera vuelta y se recuperó ganando en la segunda.

En otro orden, los uruguayos vuelven a las urnas para elegir al sucesor del presidente Tabaré Vásquez. La historia política contemporánea uruguaya desde la recuperación de la legalidad democrática hasta mediados de 2000, había discurrido entre el protagonismo de dos partidos históricos: el Partido Nacional o Blanco y el Partido Colorado. A partir de 2005 surge la impronta del Frente Amplio, una coalición de fuerzas de izquierda que ha gobernado al país por tres períodos consecutivos pero que ya comienza a dar señales agotamiento.

Así las cosas, las proyecciones preliminares reflejan un eventual triunfo del candidato Lacalle Pou del Partido Nacional que pondría fin a la hegemonía del Frente Amplio. Aunque Ernesto Talvi, candidato del Partido Colorado viene repuntando en las encuestas y lo posicionan en un firme tercer lugar. Un dato no menor es la eventual composición del parlamento que en esta oportunidad lo integrarían un grupo importante de organizaciones políticas y que podría impulsar la conformación de una amplia coalición de gobierno.

Caracas, 9 de septiembre 2019

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