La crisis venezolana y la Unión Europea

Edmundo González Urrutia

Nuevamente, el tema de la crisis en nuestro país está agitando las aguas en las instituciones europeas y particularmente en España. Hace pocos días se produjo un fuerte debate durante una sesión del Parlamento Europeo celebrada Estrasburgo convocada especialmente para discutir la situación en el país; el lunes 17 de febrero durante la reunión del Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores de la UE se examinaron los desarrollos políticos en Venezuela, principalmente los esfuerzos que se han emprendido internacionalmente con miras a encontrar una solución a la grave crisis del país; y para la próxima reunión del Consejo de Ministros que tendrá lugar el venidero mes de marzo se ha pedido incluir en la agenda el tema de Venezuela a fin de escuchar al enviado especial Enrique Iglesias a quien han pedido presentar un informe sobre las gestiones que le han sido encomendadas.

En la crisis político/institucional de Venezuela, la Unión Europea ha jugado un papel relevante pero que al mismo tiempo refleja el complejo equilibrio  político que vive el Consejo. A veces cautelosa, por momentos más prudente y otras veces moderada.

En otro orden, aunque el gobierno de España fue el primero en reconocer a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, éste no fue recibido por Pedro Sánchez durante su reciente visita a Madrid lo que obligó a  la Ministro de Asuntos Exteriores declarar repetidas veces que la posición de España no ha variado.

En realidad, las recientes declaraciones de la Ministra Arancha González Laya  “condenando las agresiones al presidente encargado Juan Guaido”, rechazando las intimidaciones a su entorno familiar y reiterando que el gobierno de España se mantiene firme en contribuir “con todos los medios a su alcance a generar las condiciones para la celebración de unas elecciones presidenciales con garantías”, parecieran ser un esfuerzo por zanjar la controversia desatada a raíz de la polémica escala en Barajas de la vice presidenta Delcy Rodríguez para quien no son nuevos ese tipo de espectáculos.

Lo cierto es que este tema sigue provocando discusión en círculos políticos de España, con una bancada opositora pidiendo la renuncia del ministro Abalos y la Ministro de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, reiterando que transmitieron a las autoridades venezolanas el “malestar” por no haber avisado con antelación de la llegada de la Vice presidenta; y más importante, que si lo hubiesen hecho se le habría negado la entrada pues el gobierno cumple con las sanciones impuestas por la Unión Europea.  

Con todo, no deja de sorprender que el ministro más cercano al Jefe de Gobierno, quien además es Secretario General del principal partido de la coalición, haya dado distintas versiones de lo ocurrido esa madrugada, y que haya caído en numerosas contradicciones durante las sesiones de control legislativo, al no poder explicar claramente las razones de su reunión con una figura extranjera que no solo tiene prohibida su entrada a la Unión Europea sino que tampoco tiene permitido sobrevolar el espacio aéreo comunitario.

A que atribuir este inexplicable gazapo diplomático: descoordinación? novatada? Tramoyas políticas internas en la coalición gobernante? Que razones hay para no decir con claridad lo que ocurrió esa madrugada? Cuando un miembro del gobierno, actuando en los límites de la legalidad, no da respuestas claras sobre este oscuro episodio, quien pierde es la democracia. Quisiéramos seguir sosteniendo lo dicho por el presidente interino de Venezuela: “España es un aliado de la causa democrática”  Caracas, 26 de febrero de 2020.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *