La descentralización: un reclamo para dar vigor a las regiones y a la transformación política

El Instituto de Estudios Parlamentarios Fermín Toro ofreció el foro “La descentralización en Venezuela: Presente y futuro”, en el cual destacados especialistas resaltaron la permanencia histórica, entre luces y sombras, del Estado Federal frente a las pretensiones centralistas. Un tema vital en víspera de las elecciones regionales del 21 de noviembre.

A pesar del centralismo en todas sus escalas en el ejercicio del poder, el Estado Federal en Venezuela ha permanecido en la cultura social y hoy está potenciando el reclamo del país por una descentralización más efectiva. Una desconcentración que reivindique la importancia de las regiones y el control democrático del poder.

Así lo expresó el profesor Ramón Guillermo Aveledo, presidente del Instituto de Estudios Parlamentarios Fermín Toro, y alegó que  el país es ya muy grande y complejo, por la diversidad de sus demandas, para seguir manejado por el poder central.  “Con esta regresión centralista que hemos vivido desde 1999 en adelante, a despecho de lo que dice la norma constitucional, se ha hecho mucho más evidente esa imposibilidad práctica de gobernar a un país de este tamaño y complejidad, con el poder concentrado en el centro del país”.

El federalismo también representaría un desafío para el ejercicio de funciones de gobernadores y alcaldes que se elegirán el próximo domingo 21 de noviembre. “El hecho de que estados y municipios ejerzan sus competencias ayuda al control democrático del poder”

Aveledo hizo sus reflexiones en el foro “La descentralización en Venezuela, Presente y futuro”, convocado por esta asociación, en el cual participaron también los abogados Jesús María Casal, decano de la Facultad de Derecho de la UCAB; y la exdiputada al Concejo Legislativo del estado Miranda, Verónica Barboza. Ambos expositores hicieron un análisis histórico detallado del federalismo, entre letras, luces y sombras.

Los ponentes plantearon la necesidad de un debate sobre el tema porque el “federalismo es una salvaguardia de la democracia”.

El evento fue presentado por Ramón José Medina, vicepresidente del Instituto y moderado por Mariana Campos Villalba; y  se enmarca en el tema de las regiones, de especial interés para el IEPFT en la promoción de debates sobre las instituciones democráticas. Contó también con el apoyo tecnológico de Universitas Fundación.

Estado Federal descentralizado

Aveledo señaló en su intervención que Venezuela ha sido constitucionalmente un Estado Federal durante 164 años, pero en la realidad, casi nunca. “La república federal se ha comportado  normalmente de una forma más o menos centralista, a veces radicalmente, como si fuese un estado unitario”. Y resaltó “un dato interesante”. La permanencia del federalismo en la Constitución como propuesta en contraste con “una realidad que es fuertemente centralizada”. “Eso debe querer decir algo acerca de nuestra manera de concebir esta república”, indicó.  

Recordó que cuando se sustituyó Estados Unidos de Venezuela por República de Venezuela no se suprimió el Estado federal. También refirió “la paradoja” de que una de las tres raíces del árbol ideológico de hace dos décadas, era profundamente centralista y  bolivariana, y la otra federalista zamorana. “Esa contradicción de nacimiento ha seguido allí”.

Y es que, aunque el centralismo dominó la acción del poder, en democracia el proceso federalista demoró hasta que se aceleró a partir de 1988. En ese año se plantea por primera vez la descentralización en el país.

“¿A qué se debió? A la presión de las realidades regionales, no en todas igual, pero hubo ese reclamo”,  afirmó, dejando clara una vía para lograr la descentralización en la actualidad. Los estudios de la COPRE, los aportes de intelectuales en el centro y en las regiones, y también las decisiones en el liderazgo fueron decisivas. “Las reformas legislativas por ejemplo permitieron transferir el poder del centro a las regiones. Y aunque la Constitución del 61, la más duradera y la menos intervenida de nuestras constituciones hasta ahora, mantenía la estructura centralista, tenía la flexibilidad suficiente para adaptarse a esos reclamos” 

Luego, en 1999  con la nueva Constitución avanzó el diseño del Estado Federal descentralizado, pero no se desarrolló y la política de las últimas dos décadas fue de retroceso, al igual que la política de la alternativa democrática. “Ha sido demasiado centralizada y capitalina para mi gusto”.

Para Aveledo deben cumplirse ciertos requisitos para que el federalismo cooperativo, diseñado en la Constitución, permita a gobernadores y alcaldes cumplir sus obligaciones en el marco de un estado nacional.

Entre ellas citó el respeto a las competencias de estados y municipios “y que estos no se conviertan en pequeños principados, felonías”. Y También mencionó la lealtad a la Constitución en sus artículos 136 y 3. Sobre la aplicación de recursos precisó que debe haber cooperación intergubernamental.

 “No pueden las distintas ramas del poder público pisarse la manguera e impedirse  el funcionamiento, aunque aquí hemos tenido esas figuras perversas de los protectores y un manejo discriminatorio y opaco de los recursos públicos nacionales”.

Al referirse a los mecanismos constitucionales de arbitrajes leales y eficaces, destacó la importancia del Senado para consolidar el federalismo, la igualdad y la presencia de las regiones en el cuerpo deliberante. 

Descentralizar para recuperar la república

Jesús María Casal, por su parte, definió a la descentralización  como uno de los campos fundamentales para la recuperación de la República. “Es un desafío del presente que se conecta con el momento fundacional de la República”, expresó. Y puntualizó la participación de un liderazgo civil y al mismo tiempo colectivo. Surgía la raíz histórica del federalismo.

“En el momento presente podemos estar ante la alborada de un tiempo nuevo y la descentralización tiene que ser un eje de la transformación política, porque es una demanda de la historia y de la evolución institucional”

Indicó entonces cómo la Constitución de 1999 consagró los logros principales del proceso de descentralización de 1988 y 1989, es decir, la elección popular de los gobernadores, alcaldes y la transferencia de competencias a los estados. Sin embargo, “todo fue truncado en la etapa final de la constituyente por razones políticas netamente y se eliminó el bicameralismo contra toda idea constitucional”.

Afirmó que los problemas fundamentales han ocurrido por la violación de la Constitución de 1999. Y resaltó “algunas debilidades”.

“Una es sin duda que la participación de los estados no fueron tomados en cuenta en el proceso constituyente. Observamos cómo después, a través de esa espuria ANC de 2017 desaparecen los estados. El concepto base pasó a ser el municipio por intereses puramente político-electorales, con el fin de generar un sistema que violara totalmente la proporcionalidad.

Prosiguió: “Y cuando se quería destacar que eran importantes los municipios, entonces la Sala Constitucional del TSJ dictó una sentencia diciendo que se justificaba plenamente esa elección de los constituyentes en circuitos municipales, pero cuando se quería recoger firmas para el referéndum revocatorio, la Sala Electoral  dijo que los estados eran esenciales en la estructura venezolana y que el 20% de iniciativa popular debía cumplirse en cada estado, y no en el circuito nacional.  Esto es parte de todas las manipulaciones de la Constitución”, señaló.

Entre otras debilidades mencionó la garantía de la existencia constitucional de los Estados, las competencias, y la regulación por ley nacional de la organización y funcionamiento del Consejos Legislativos. Como fortalezas para el desarrollo del Estado Federal  identificó “las cláusulas pétreas” (principios inderogables) en los artículos 3 y 6 que contemplan la descentralización como principio.

Con el Consejo Federal de Gobierno se trata de compensar la eliminación del bicameralismo, aunque no se logra, expresó. Y aludió normas que no han sido aplicadas, como el artículo 206 relacionado con la consulta a los estados sobre leyes vinculadas a materias propias de las regiones.

“Hay toda una plataforma constitucional que permite el desarrollo para configurar un estado federal, pero la realidad ha sido otra. El actual régimen no cree en el Estado federal, porque este implica pluralismo y división de poderes. Pluralidad  de espacios, de democracia, de espacios de poder con votos”.

Frente a ello, señaló “la amenaza del estado comunal: centralización, recentralización de competencia de los estados, negación del pluralismo por el socialismo, clientelismo, dominio militar en las comunidades,  instrumentalización político electoral, toda esa mascarada detrás del Estado comunal que quiere prometer un empoderamiento comunitario que no cumple”.

Urgente reforma legal

La diputada Barboza circunscribió su exposición a la propuesta de una reforma de la Ley Orgánica de Descentralización, Delimitación y Transferencia de Competencias del Poder Público de 2009.

En principio, se refirió a los tres artículos constitucionales que definen la descentralización (158, 357 y 84) y consideró a esta como un proceso que requiere progresividad a partir de experiencias exitosas, y que puede traducirse con obras. Y en contraste citó las “inclusiones” de disposiciones, por parte de la AN, contrarias a los avances alcanzados.

Planteó eliminar artículos que propician intervenciones de bienes y servicios, e incluir otros que beneficiarían a las regiones, como el procedimiento para la transferencia de competencias por parte del poder público y aprovechamiento de recursos.

“Es mucho lo que han hecho en contra de la descentralización y por eso presento la propuesta de una revisión parcial de la ley.  Requerimos que haya una presión de las regiones sobre la AN para que se haga realidad la descentralización, como ocurrió en 1988 y que tengamos gobiernos regionales exitosos”.

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