Perú: una crisis terminal

Por Edmundo González Urrutia

Se sabía que Pedro Castillo tenía poca formación y experiencia política y una escasa práctica en la conducción de los asuntos públicos. Pero tres cambios de gabinete en menos de siete meses revelan no solo inexperiencia sino contradicciones en el manejo político y falta de respaldo que le brinde un mínimo de credibilidad y confianza para gobernar un país.

La designación del congresista Héctor Valer como Primer Ministro, quien renunció al tercer día de haber sido designado, y sobre quien pesan acusaciones de violencia familiar, es una prueba del nivel de desconexión e incompetencia del jefe del Estado como lo señaló en su editorial del domingo 6 de febrero un importante medio peruano.

Tres cambios de gabinete en poco más de seis meses de gobierno no es un buen record para la gobernabilidad de un país, y revela una crisis institucional de grandes proporciones razón por la cual no son pocos los que afirman públicamente que la mejor opción superar la crisis pasa por la renuncia de Pedro Castillo. De hecho, algunos ex altos funcionarios del gobierno le han recomendado hacerse a un lado por cuestión de dignidad.

Sin embargo, luce poco probable que Castillo rectifique su conducta. Pero su gobierno se encuentra envuelto en una crisis terminal y lo peor es que no se vislumbra lo que pueda ocurrir. La opción de vacancia o juicio político, establecido en la Constitución, es un último recurso para cuya aprobación debe contar con el respaldo de 87 de los 130 legisladores. Este procedimiento ha sido invocado en cinco oportunidades en los últimos cinco años.

Por lo pronto, con un 60% de desaprobación de su gestión, son crecientes los que opinan que ha llegado el momento para que, por el bien de la institucionalidad del Perú, Castillo debe hacerse a un lado y se convoque de urgencia a nuevas elecciones.

A juicio de algunos observadores locales el descrédito del Poder Legislativo, de donde constitucionalmente debería surgir un sucesor, no ha dado la talla. El fin de semana se dieron negociaciones para conformar el nuevo gabinete, sin embargo, estas alturas, martes a mediodía, no se conocen los nombres de los integrantes del nuevo equipo ministerial ni de quien será el presidente del Consejo de Ministros. ¿Hasta cuándo podrá sostenerse esta situación? ¿Logrará mantenerse en el poder todo el período constitucional?  ¿Tendrá aún Pedro Castillo espacio para rectificar sus desaciertos?

Caracas, 8 de febrero de 2020

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