Buena gestión local: Vencer la adversidad para acortar la brecha entre  promesas y logros

Ramón Guillermo Aveledo, presidente del Instituto de Estudios Parlamentarios Fermín Toro,  destacó  las cualidades que debe tener un gobierno municipal, durante el conversatorio Buenas prácticas en la Gestión local con perspectiva social.  Tres alcaldes de Venezuela y una vicealcaldesa de Costa Rica compartieron sus esfuerzos y experiencias, en función del ciudadano

“El político en funciones de gobierno o de representación tiene el deber esencial de cuidar que no se abra demasiado la distancia entre los buenos principios y las acciones, para que esa realidad humana concreta que es la sociedad política, y en este caso la sociedad municipal o local que es la escala más cercana al hombre y la mujer, mantenga su rumbo perfectible hacia el bien humano concreto que es el bien común.”.

De esta manera, el presidente del Instituto de Estudios Parlamentarios Fermín Toro, Ramón Guillermo Aveledo, explicó el ejercicio de las funciones de un gobierno municipal, durante la presentación del Conversatorio  Buenas prácticas en la Gestión local con perspectiva social, en el que participaron tres alcaldes de distintos lugares y tendencias políticas de Venezuela, y una vicealcaldesa de Costa Rica.

Emily Rojas, del Cantón de Poás, uno de los 83 del país centroamericano; Elías Sayegh, del municipio El Hatillo, estado Miranda;  Rafael Ramírez Colina, de Maracaibo, estado Zulia; y Javier Ororpeza, de Torres, estado Lara, expusieron los esfuerzos y experiencias de cada una de sus gestiones, en un auditorio del CIAP-UCAB, pleno de representantes de partidos, universidades, localidades y visitantes del exterior.   

José Luis Cartaya, miembro de la Junta Directiva del Instituto, fue el moderador del evento realizado por el IEPFT, junto con la fundación Konrad Adenauer, este 30 de septiembre, con el compromiso por el país de dar a conocer “lo que se hace y se puede hacer, en la práctica”, por un buen gobierno para el ciudadano.  

Durante su intervención, Aveledo diferenció las características de un buen y un mal gobierno, y definió al primero en el marco del Bien Común.

“El buen gobierno hoy es respeto, convivencia en paz y libertad, condiciones para que cada uno cree, trabaje, progrese y con solidaridad para que nadie se quede fuera, para que no se cierren puertas ni se agreguen obstáculos.  Esto es el resultado, como en el fresco de Lorenzetti, de acciones concretas: más y mejor justicia; derechos humanos efectivamente vigentes; lucha contra la corrupción; relación con el medio ambiente como legado a las futuras generaciones; y protección al ciudadano”.

Buenas prácticas con articulación institucional

Rojas, dedicada al área de salud comunal,  ejerce  sus funciones en Poás,  octavo cantón de la provincia de Alajuela, en Costa Rica, dividido en cinco distritos, con 35.000 habitantes, cuya actividad central es la producción de café y de fresas. Cercano a cumplir 101 años de fundado, posee el segundo parque nacional más visitado del país.

Explicó que adelantan la gestión municipal con diferentes ejes. Uno es el ambiental, relacionado con el agua y sus nacientes a los pies del volcán, ubicado en la cordillera central; el desarrollo territorial vinculado con los impuestos; la vialidad y el eje administrativo. Todos tienen énfasis en lo social, dijo. 

Entre las acciones sociales, en dos años de gobierno y en medio de la pandemia, está la creación de la Oficina de Intermediación Laboral, a través de la cual se instalaron cuatro zonas francas que han generado más de 30.000 empleos y acabaron con el concepto de ciudad dormitorio.

“Somos muy ricos en agricultura y los jóvenes ya no trabajan en esa área, así que en vez de ir a otra parte, ahora podrán consumir dentro del cantón. Los que van a tener trabajo, lo tendrán muy cerca de sus casas, y eso les permitirá compartir con las familias y hacer deportes”.

También detalló tres proyectos culturales en beneficio de los espacios públicos y del uso comunitario, del municipio. Y señaló que si bien registran los índices más altos de violencia intrafamiliar y de suicidio, prestan atención psicológica gratuita y talleres de prevención  para personas de escasos recursos y mejoras a la salud pública. “En Costa Rica, lo bueno es que hay mucha articulación institucional. A la Caja del Seguridad Social les toca el tema, pero nosotros apoyamos en la atención integral de la salud”.

Además, diseñaron un programa especial de ayudas temporales para personas de bajos recursos, que incluye subsidios en el pago de agua, previo trabajo social, así como un proyecto de ley, presentado a la Asamblea Legislativa, que permitiría recaudar de aportes de visitantes al parque, para distribuirlo en diversas áreas. “Con ese poquito de plata se ayudará a muchas instituciones”.

“El presupuesto para tapar un hueco se puede agarrar de cualquier lado, es fácil conseguir los recursos, pero una vida humana, rescatarla de la delincuencia o de las drogas,  no tiene precio”, dijo Rojas para ilustrar el trato preferencial a la comunidad de Poás.

Gestión para el ciudadano

Sayegh, abogado con gerencia de empresas, cumple su segundo mandato local consecutivo, desde 2021, en el municipio de 112 kilómetros, con una población reducida  a entre 75.000 y 80.000, según estimaciones, debido a la migración forzada. Y es una de las localidades más castigadas por las fallas de electricidad y agua, del área metropolitana de Caracas.

Al iniciar su exposición, recordó que al asumir la alcaldía, por elección popular de 2017,  le tocó hacerlo en medio de una crisis sin precedentes en la historia del país, pero ya tenía definido un proyecto de gestión local que requirió tiempo, recursos y un calificado equipo de especialistas “para generar  una propuesta de gobierno realizable”.  “Uno presume que cuando hay buenas prácticas, los resultados son buenos”, reflexionó.

Explicó que la propuesta está dividida en siete líneas maestras o principios que rigen también su segundo período. Y las explicó.

La Centralidad del ser humano, que “concibe al ciudadano como principio y fin”;  Ser fuerte en los principios, suave en las formas,  las cuales prevalecen para apoyar al ciudadano en los problemas, aunque no sean competencia municipal. “Por ejemplo, en las últimas dos semanas, en El Hatillo se ha ido la luz entre cinco y ocho veces todos los días”.

La Sinergia público-privada, que se traduce en alianzas porque “el gobierno local solo no puede”; el Enfoque en los resultados. “El ciudadano no sabe si el hueco lo produjo una tubería de agua, que es competencia de otro organismo, pero lo que quiere es que se tape, no importa si no el gobierno no baja los recursos o no se logran recaudar”.

También mencionó la Meritocracia. “No me importa el partido del funcionario, sino sus méritos para ocupar la posición, y generamos un sistema de incentivos para  978 funcionarios”. Luego, la Transformación de la burocracia local, el cual incluye “hacer participativo al  ciudadano apático”; y por último, el principio de la Celeridad. “Hay leyes que quedaron obsoletas y no ayudan a que la gestión tenga celeridad. A veces es también esa cultura de ‘la semana que viene”.   

Indicó que esos principios derivan en seis ejes de gestión transversales, entre los cuales destacó la seguridad del municipio. Se logró erradicar el secuestro y reducir los índices delictivos a 70%, dijo

Destacó que es esencial un buen equipo y marcar la agenda de la gestión.  “Ser alcalde es ser bombero y filósofo a la vez, tienes que apagar el fuego del día a día, sin dejar de ver a la próxima generación que debe tener la mejor ciudad”.

Transformar a punta de esperanza

Desde 2021, Ramírez Colina, abogado y especialista en negociación, es alcalde de Maracaibo. Gestiona la ciudad de 1.750.000 habitantes, 400 km de superficie  y 18 parroquias, con cinco ejes transversales, según indicó. Son el Humanismo, Ciudadanía, Educación, Tecnología y Ambiente. “Sobre estos construimos nuestra propuesta y al llegar a la alcaldía la dividimos en dos aspectos: retos y transformación”.

El primer desafío fue el tema de la recolección de desechos sólidos, en medio de “una ciudad devastada y servicios colapsados”. El segundo reto fue el de seguridad. “Teníamos 700 funcionarios policiales, en vez de los 1.200 que requería la ciudad, sin equipamiento ni dotación, además sin electricidad en las calles”. Procedieron a equipar a los funcionarios “entendiendo que la seguridad es un tema sin colores y sin complejos”.

Sobre el aspecto del comercio, su gestión optó por la vía legal sin amenazas de clausura. “Inclusive, teniendo la alcaldía razón, no cerramos el establecimiento sin proceso legal”.

“La gente comenzó a recuperar la fe en una ciudad que fue petrolera por excelencia. Recuperamos una ciudad que no tenía esperanza que es factor generador de intención y de actitud.  Decidimos que debíamos poner la esperanza y la inspiración como forma de hacer la gestión”.

Ante las fallas recurrentes de servicios, aplicaron planes para aliviar el padecimiento ciudadano. ”A la ciudad le faltaban 790 transformadores y hemos ido supliendo esa carencia. Además, logramos estructurar un equipo para atender las cañadas y no hemos tenido emergencia por lluvias”, apuntó en defensa de la prevención.

En vísperas del 500 aniversario de Maracaibo, la ciudad más antigua del país, inició planes que combinan las tradiciones con la transformación.

Ramírez Colina mencionó el programa de la Economía Naranja, que fomenta el trabajo de jóvenes en innovación para convertir a Maracaibo en la primera ciudad tecnológica del país. “Es la que tiene mayor velocidad de datos del país, entre 600 a 1000 megas, y queremos enganchar a los jóvenes para que no se vayan al Diarén”. Y con el plan Maracaibo verde se propone sembrar, al final del periodo, unos 3 millones de árboles “para bajar 2 grados de temperatura”, e impulsar la primera ordenanza de energía verde del país. “Buscamos que  en los ambulatorios nunca falte la electricidad”.

Dijo que el 5 de diciembre tendrá su primer convenio con Transparencia Internacional. “Que me revisen la gestión porque es la forma de garantizar confianza al ciudadano”.

De la mano con la sociedad civil

Oropeza, ganadero y fundador de varios  medios de comunicación larenses, es el alcalde reelecto, en 2021, del municipio Torres, la segunda localidad geográfico-territorial más grande del país y principalmente agropecuaria. En 7.000 kilómetros cuadrados, se asientan 17 parroquias y más de 1.500 caseríos rurales. Tiene además 116 institutos de salud, más de 450 escuelas, muchas del gobierno regional y nacional, pero tiene un presupuesto exiguo.

“Hoy nuestro presupuesto es de 10 millones de bolívares, equivalente a 1.2 millones de dólares, por la devaluación”. 

Oropeza, quien dijo provenir de una tradición familiar de 400 años de ganadería y 100 años de periodismo, destacó las dificultades superadas en las zonas rurales, donde el chavismo dominó. “Tuve una experiencia  extraordinaria, porque después de 17 años que el chavismo dominó con uno de sus dirigentes más radicales, la sociedad civil  y los partidos entendimos que no podíamos dejar los espacios”. “Tenemos que unirnos todos”, recalcó.

Luego de recordar las maniobras que buscaron restarle votos en la elección, resaltó el logro de “quitarle un bastión al chavismo radical” y asumir la alcaldía con la participación de sociedad civil, sectores productivos y los partidos.

Desde entonces ha activado fundaciones y empresas para atender las necesidades sociales de la gente.  “Gracias a la colaboración de las empresas se han colocado 600 toneladas de asfalto en las principales avenidas de la ciudad y hemos cuatriplicado los ingresos propios gracias a la confianza de las empresas, y  propuesto aumentar las tarifas  del aseo urbano para darle más ingresos al municipio”.

“Se ha involucrado la sociedad civil y  esto nos ha permitido avanzar enormemente en el trabajo para el rescate del municipio Torres”.

Su gestión ha salido adelante en materia de servicios de electricidad y agua, que dejó de asumir el gobierno. “En pleno siglo XXI tenemos sectores como el Jordán sin electricidad y a esos sectores debemos llevarles el servicio”.

Puntualizó que frente a la instalación de 435 consejos comunales, mediante las leyes gubernamentales, “estamos trabajando en la misma estructura que han planteado”. “Nos hemos metido en los consejos comunales y a pesar de que los chavistas han buscado entorpecer nuestra gestión, participamos en 52 y  la población se ha entusiasmado para participar en ellos”.

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