Centroamérica: la democracia la deben hacer gobernantes y ciudadanos demócratas

Tres calificados exponentes participaron en el coloquio Los desafíos a la democracia en Centroamérica, que organizó el Instituto de Estudios Parlamentarios Fermín Toro, y opinaron que países de la región, inmersos en crisis de distinta naturaleza, necesitan “verdaderos demócratas” en gobiernos y gobernados, así como de respuestas a sus problemas socioeconómicos de fondo, para superar las amenazas

Tendencias autoritarias y populistas, polarización y condiciones socioeconómicas no resueltas en países de Centroamérica, que ocasionan descontento social con la democracia,  constituyen en la actualidad una “peligrosa realidad” para la región, opinaron tres especialistas que materia internacional, seguridad y defensa.

Julio Castillo López, filósofo y director general de la Fundación Rafael Preciado Hernández, en México; Tiziano  Breda, sociólogo, analista internacional especialista en temas de resolución de conflicto, política latinoamericana y seguridad, en instituciones italianas; y Giovanna De Michele, internacionalista, y analista de seguridad y defensa y escenarios de negociación, participaron en el coloquio  Los desafíos a la democracia en Centroamérica, convocado por el Instituto de Estudios Parlamentarios Fermín Toro (IEPFT),  para analizar el tema, de actualidad e interés en el foro regional.    

Coincidieron en que se requiere mayor convicción de gobernantes y gobernados por la institucionalidad, y de esfuerzos por identificar y resolver los problemas de fondo, parar superar la crisis en cada uno de los países centroamericanos.    

El coloquio fue presentado por Edmundo González, coordinador de Relaciones Internacionales del Instituto, quien en nombre de la junta directiva que preside Ramón Guillermo Aveledo, agradeció a los invitados su participación en el conversatorio realizado vía online, con el apoyo de Universitas Fundacion.

En su presentación, González destacó el gran interés por el tema, que invita a analizar la situación actual de países centroamericanos. Se refirió a los graves enfrentamientos políticos e ideológicos, luego superados, que históricamente caracterizaron la región. Y también a los “complejos  procesos de paz” que concluyeron con la firma de los Acuerdos de Esquipulas en 1987, con los cuales se buscó establecer la paz firme y duradera en esa región.

“El ciclo de transiciones de dictaduras a democracias, que ocurrió en las décadas de los años 80 y 90, se fue fortaleciendo con el apoyo de algunos actores clave de la comunidad internacional hasta su consolidación, lo cual hizo a nuestro continente, con la excepción de Cuba y ahora Nicaragua, un ejemplo de libertad democrática”.

Sin embargo, a poco más de tres décadas, la democracia se encuentra bajo amenazas en algunos países de esa región, dijo. “Ya no hay conflictos armados, pero se consolida el régimen autocrático de Ortega, en Nicaragua;  y se observa la irrupción de nuevas formas de autoritarismos, que ensombrecen el panorama político en esos países”.

Crisis de la democracia, realidad peligrosa

Castillo analizó cómo las democracias centroamericanas están en crisis, “como una realidad peligrosa”, a partir del populismo y de falsas creencias.  

Comenzó su exposición aclarando que la división del mundo en izquierdas y derechas “poco tiene que ver con las concepciones actuales”. En su criterio, hay dos grandes grupos: el que piensa en un Estado grande, productor; y el otro que reivindica la persona frente al Estado. Cada uno de esos grupos tiene una derecha y una izquierda, señaló. “La izquierda del primer grupo es el socialismo o comunismo, y la derecha se llama fascismo o nacionalismo. Del segundo grupo, la izquierda es la lucha de las identidades, y la derecha somos los demócratacristianos, los socialcristianos, los humanistas. Y, además de reivindicar al individuo, buscamos reivindicar la sociedad con valores”.

Abordó el tema del populismo “en todas las esferas”, creado en América Latina. “Hay que buscar los partidos que tienen el nombre de su fundador, y son cientos. Eso no es una ideología, es una estrategia  para llegar y mantener el poder”.

Advirtió que, hoy en día, el mundo pospandemia, “incomprensible”, “ansioso”  -“más de la mitad de la población está diagnosticada con ansiedad y medicada para ello”, y “no  lineal”, en el que las consecuencias no tienen que ver con los actos, es terreno fértil para que el populismo ofrezca soluciones “fáciles”. “Aquí (en México) decían ‘la inseguridad se acaba con abrazos, no con balazos, y eso no va bien cuando vemos las estadísticas”  

Además, el populismo busca generar polarización a partir del odio a razas o a  ricos, dijo, y va eliminando instituciones para acabar con la democracia y la república. “También hay líderes que se van por encima de la ley porque se consideran con un valor superior y creen que su proyecto es mayor que la ley. Eso se ve en personas como Nayib Buklele (presidente de El Salvador), hacia la derecha, o en Andrés López Obrador” (presidente de México), a la izquierda.

Destacó que también “el descontento con la democracia” ha propiciado la búsqueda de líderes populistas, en todo el mundo, y mencionó a la “posverdad” como otra característica de estos caudillos.  La ubicó en el contexto de la erosión de equilibrios democráticos,  militarización,  y de alianzas internacionales para  transmitir supuesta legitimidad internacional.

“No se trata de decir mentiras y esperar a que las crean; se trata de desinformar  profesionalmente de manera sistemática, con el propósito de generar confusión, y  no saber qué es verdad y qué no”. Precisó que surge en 1923, cuando Joseph Lenin, en la Unión Soviética, fundó la Oficina Especial para  la Desinformación.

“Esa posverdad se apoya en una pseudo-legalidad que también existe en democracias”. El mejor ejemplo, refirió, son las leyes que se hacen para el propio beneficio político, y citó la creación de circunscripciones en México. “Son 350 circunscripciones federales y con esto se puede ganar o perder, de acuerdo con  la clase social a la que se está enfocado. Si se juntan varias clases sociales en una circunscripción, cierto partido tendrá preminencia en ella.” 

Castillo afirmó que este tipo de regímenes conduce a la aparición del “Estado mafioso” en todo el continente, y “el padre de esto es Rusia”. “La  democracia está en crisis, y no es un peligro latente, es una realidad peligrosa desde hace muchos años.  Todos los países de la región están en una crisis de este tipo, en este momento, con excepción Uruguay, donde los partidos políticos tienen más de 100 años y son instituciones inquebrantables”.   

Democracia en El Salvador, preocupante paradoja

Tiziano Breda, por su parte, centró su análisis en la situación “problemática” de  Centroamérica, y particularmente en El Salvador.

Si bien señaló tendencias similares en países, como la concentración de poderes, suspensión de derechos ciudadanos, desmantelamiento del  sistema de justicia como táctica de control, o la reacción de gobiernos antagónicos contra injerencias internas, destacó también “peculiaridades”.  Citó sistemas autoritarios no ligados al caudillismo tradicional, como en Nicaragua; sistemas como en Guatemala, “donde la tendencia es una mezcla de sectores políticos, económicos y militares que pujan hacia mayor control de poderes del Estado, y suspendió la Comisión Internacional Contra la Impunidad”;  y las  “tendencias autoritarias de matiz populistas”, como en El Salvador.

El país lleva adelante una controversial lucha contra la inseguridad con una suspensión de garantías constitucionales desde 2022. 

Explicó que este se diferencia de otros centroamericanos, en los que el problema de fondo es la falta de cultura republicana, y plantea una preocupante “paradoja”, “un falso dilema”.

“Cuando la democracia es un concepto un poco vacío para las mayorías, se interpreta a través  de los lentes de quienes gobiernan. Entonces, donde haya clases gobernantes que no logran abordar satisfactoriamente los problemas que afectan a las mayorías, como la falta de oportunidades económicas y de servicios o la inseguridad, y además de grandes escándalos de corrupción, inevitablemente la insatisfacción hacia las clases gobernantes se  traduce en insatisfacción hacia la democracia como sistema de gobierno. La paradoja es que el presidente Bukele ha logrado democráticamente, porque no ha recurrido a medidas inconstitucionales o inventadas, hasta ahora, concentrar todos los poderes del Estado, obtener la aprobación, y  la democracia está subiendo de manera vertiginosa”.

Recordó que el estudio Latinobarómetro entre 2018 y 2020 estableció que la confianza de los salvadoreños en la democracia aumentó en 18 puntos, cuando ya Bukele estaba en el poder desmantelando el equilibrio de poderes, poco a poco “Bukele no solo supo abordar el descontento con un discurso populista, sino que ha cambiado la manera de hacer política: es pionero en la manera de utilizar las redes sociales, en todo el continente. También ha logrado reducir los índices de criminalidad, con una serie de atropellos y de abusos”.

Expresó que allí también surge el factor de la polarización. “Ha logrado representar este falso dilema, y es el peligro que veo en Centroamérica y más allá, entre la capacidad del Estado de abordar el problema de la inseguridad y el respeto de los derechos  humanos constitucionales. Los ha puesto en contraposición con la posibilidad de lograr obtener un país más seguro”.

Breda expresó preocupación, debido a que esta circunstancia ha sido objeto de debate y de defensas dentro y fuera de El Salvador. Y también de imitaciones e incertidumbre. “Veo a varios gobernantes y aspirantes en Centroamerica, o más allá, senadores en Colombia, en Ecuador, diputados en Chile y una gobernante en Honduras, apostar por un sistema de medidas parecido, para intentar sacar provecho a nivel político”. En este último país, la suspensión de garantías ya alcanzó su cuarto mes.  

Y prosiguió. “¿Qué tan sostenible podrá ser esto? No hay aún respuesta. Y veo también que la comunidad de Estados, no solo de instancias de derechos humanos, sino de socios comerciales de El Salvador, no han logrado calibrar una respuesta discursiva que reconozca la necesidad de medidas, sin dejar de expresar preocupación por las implicaciones democráticas que tiene suspender las garantías constitucionales indefinidamente, y que en lugar de ser medidas excepcionales se han vuelto normas, desde hace poco más de un año”.       

“Qué ocurriría si en un Estado policial, como es este, los objetivos cambiaran y se usara para otro propósito, como en el caso de Nicaragua sin estado de excepción?”.

Déficit de democracia, asunto socioeconómico

El déficit democrático y la realidad socioeconómica en Centroamérica fue el enfoque de análisis de Giovanna De Michele, que complementó las visiones sobre la región.  

Precisó que, contrariamente a las etiquetas que puedan adosársele, “la democracia es siempre perfectible” y exige tres componentes: que los gobernantes se comporten de manera democrática, que los gobernados hayan desarrollado una cultura democrática y que las instituciones sean absolutamente sólidas en el ejercicio del poder. “Si falta uno de los tres elementos, definitivamente se puede garantizar que habrá un déficit democrático”

Indicó que en Centroamérica también tiene un peso determinante la realidad socioeconómica de los países que la conforman, para poder anticipar el grado de aceptación de los gobernados hacia sus gobiernos, según el grado de necesidades y de dependencia con estos.

Se refirió al caso de El Salvador. A pesar de las críticas contra el prolongado estado de excepción que se traduce en conculcación de derechos, los salvadoreños están complacidos y le dan más de 90% de aprobación a la gestión presidencial, a pesar de que no se está resolviendo el problema de fondo que es el origen de la inseguridad, dijo.

Señaló “la superficialidad” con que se abordan los temas que tienen que ver con la democracia, como es la cotidianidad del ciudadano. “Lo que le interesa es su ración de pastel, en el momento, más que la solidez democrática. Y eso lo vemos en El Salvador, donde lo que quieren es que le garanticen seguridad, su mayor problema, y Bukele se lo está dando, aunque sin resolver el problema de fondo”.

Aseguró que es necesario que los sistemas democráticos comiencen a resolver sus problemas de fondo. “Hoy en día, los gobiernos se esmeran, tanto en Centroamérica como también en el Caribe, en presentar una imagen cada vez más popular, y eso tienen que ver con la realidad socioeconómica de las regiones”.

Puntualizó que de siete países centroamericanos, cinco tienen déficit democrático, aún con la etiqueta se le quiera poner: autoritario, como Nicaragua; híbrido como Guatemala, El Salvador y Honduras; imperfecta, como Panamá. “Pero todos tienen déficit democrático y todos llegaron al poder por la vía electoral, del voto, y eso nos tiene que decir algo”.     

“Tenemos que dedicarle más tiempo de análisis a esa realidad  socioeconómica de la región, que es precisamente la raíz verdadera de la aceptación que tiene este tipo de gobiernos”,  advirtió De Michele, quien refirió también la tendencia de los gobernantes a ajustar las leyes, una vez en el poder, para no entregarlo, mientras se identifican con el sector más empobrecido de la sociedad, y desmantelan el pasado, o regresan al más remoto.

“Esta es la propuesta que tienen muchos de los gobiernos de la región”, añadió. Y mencionó la tendencia de los caudillos o líderes populistas al “engolosinamiento del poder”,  en el cual no hay vocación de servicio, sino  búsqueda de beneficios particulares para sí o para sus grupos.

Se refirió al  término “falso dilema”, aludido en el caso de El Salvador, y dijo que ese tipo de violencia también se ha visto para reprimir a la disidencia política en otros países, como Nicaragua; y también durante la concentración de poder y conculcación de  libertades que se impuso durante la pandemia, para salvaguardar la vida de la gente.

“No sé hasta qué punto el dilema es falso, creo que el dilema existe y encontrar ese justo equilibrio entre la necesidad de seguridad y la salud de la democracia es uno de los grandes retos que tienen los pueblos de Centroamérica en estos momentos”.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *