Ciudades sostenibles, un reto que exige intercambios y gobiernos abiertos

Tres especialistas y un alcalde de Caracas intercambiaron sus visiones y experiencias sobre las ciudades sostenibles y sus posibilidades en el contexto actual, en un foro organizado por el Instituto de Estudios Parlamentarios Fermín Toro

Hacer ciudades vivibles es un desafío global que requiere de intercambios, compromiso ciudadano y de gobiernos transparentes y abiertos, para ofrecer calidad de vida a sus habitantes.

Así lo expresaron tres especialistas y un alcalde caraqueño en el Foro ¿Son posibles las ciudades sostenibles? que fue organizado por el Instituto de Estudios Parlamentarios Fermín Toro, con la finalidad de debatir sobre el tema crucial para el futuro y que forma parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030 de las Naciones Unidas.   

 En el encuentro participaron Maritza Rangel, miembro del Grupo de Investigaciones sobre el Espacio Público de la ULA; Francisco González, rector- fundador de  Universidad del Valle del Momboy; Carlos Mascareño, investigador y especialista en políticas públicas, en descentralización y desarrollo local, y Elías Sayegh, alcalde del municipio El Hatillo.

El foro virtual fue presentado por el vicepresidente del Instituto, Ramón José Medina, quien destacó la importancia de las ciudades sostenibles para las relaciones interpersonales, la protección del medio ambiente y la calidad de vida en el mundo contemporáneo. No obstante, refirió la necesidad de conocer las cualidades que deben tener las ciudades sostenibles para calificar como tales, así como su promoción en Venezuela, en medio del crecimiento de las urbes en estos tiempos.

El profesor Miguel González Marregot, coordinador del área de Estados y Municipios de la institución, moderó el evento patrocinado en alianza con la UCAB,  que contó con el apoyo tecnológico de Universitas Fundación.

Importancia de la sostenibilidad en las ciudades

La profesora Rangel inició el debate con su exposición sobre la enorme importancia del espacio público, y citó algunos indicadores actuales que muestran la exigencia de cambiar de estrategias para “hacer ciudades para crecer”. Entre estas, mencionó el del  crecimiento poblacional mundial, de 1,2 %;  de urbanización, de 1,8%; el del consumo de energía, de dos de tres veces más en la ciudad, mientras la renovable es de apenas  5%; y el de las aguas residuales, de 20%.

Luego de repasar características de las ciudades como la contaminación, vulnerabilidad, deterioro e insalubridad, destacó rasgos positivos que deben alcanzarse para hablar de sostenibilidad,  lo que plantea buscar cambios efectivos que permitan el desarrollo ambiental, social y su interacción.

La especialista recordó que las ciudades y comunidades sostenibles está contemplado en el Objetivo 11 de las metas de Desarrollo Sustentable de la ONU, e interactúan en un 75% con el resto de los metas, por lo que se impone ser cónsonos con las exigencias ambientales a escala local, nacional e internacional y considerar la importancia de los espacios públicos para lograr el derecho de la ciudad, destacó.

Señaló que el derecho de la ciudad debe ser la oportunidad de disfrutar de las bondades que ofrece y que dependen de cada uno de los ciudadanos. “Debemos tener un gran compromiso con ellas y alcanzarlas es a través de los espacios públicos, resolviendo la sustentabilidad”. Y advirtió que no solo deben existir, sino también ser suficientes, seguros, adecuados para tener opciones de uso, la mayor parte  del tiempo, por todos. Y así, brindar  calidad, lo cual va más allá de un simple espacio abierto para cualquier actividad.

Tras mencionar los tipos de espacios en una ciudad, citó el estudio que el Grupo adelanta sobre la avenida Los Próceres, construida en los años 70, en la ciudad de Mérida, sobre el cual se basan ofrecen opciones para que sirva de modelo y de alternativas para otras ciudades.

Explicó que a partir del estudio, en 18 artículos conforme a los Objetivos, proponen la red de espacios públicos para Mérida, en la cual destacan tres grandes elementos: la interfase, que son los nodos de interacción, conectividad, de riqueza urbana, que deben ser mejorados para integrar a la población; los naturales, espacios a nivel de intervención que pueden ser empleados para servicios ambientales y ofertas de recreación y turismo.; y el “estructurante”, que puede ser físico, como las avenidas , o como el eje verde central y ejes trasversales que buscan integrar todos los ejes.

Indicó que también proponen la “infraestructura verde en toda la ciudad”, que consiste en integrar lo natural y lo construido, aprovechando la presencia de espacios naturales,  las linealidades urbanas, y los espacios arquitectónicos que pueden ser intervenidos con elementos naturales, entre otros.

“El planteamiento nuestro no es proteger el patrimonio, sino incorporar en el espacio elementos que permitan enriquecer el eje y plantear sobre él una serie de propuestas urbanísticas para incentivar en el poder local planes  necesarios en nuestro estado. Todo sobre la base de interfaces o nodos para beneficio de la población”.

Esto plantea, dijo, un gobierno abierto que busque integrarse con la participación ciudadana y el saneamiento ambiental, buenas vías, condiciones de movilidad y espacios públicos cercanos a la gente, como mercados populares o viveros.  “El espacio público debe tener diversidad para que en la ciudad sustentable quepan todos”.

La sostenibilidad depende del bien común

González, por su parte, dedicó su exposición a tratar de responder la interrogante de si son posibles las ciudades sostenibles. La respuesta podría ser sí por cuanto existe un Objetivo de Desarrollo Sostenible, señaló, y se refirió a ambiciosos proyectos  de ciudades sostenibles como el de Silicon Valley, en California, los Estados Unidos

“La ciudad sostenible es aquella que ha sabido integrar el verde urbano y reducir las emisiones Co2 para mejorar la calidad del aire, ha impulsado energía renovable, protege los recursos naturales, ha implementado con éxito la movilidad sostenible, pero también aquella que ofrece calidad de vida a sus habitantes sin poner en riesgo los recursos”, expresó al citar dos definiciones técnicos de investigadores.

No obstante, indicó que si se considera un concepto más estricto de sostenibilidad “la respuesta a la pregunta no es un sí tan enfático, sería negativa”.  “Sostenibilidad es la satisfacción de las necesidades actuales sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas, garantizando el equilibrio de crecimiento económico, cuidado del medio ambiente y bienestar social. Una sociedad que se abastece a sí misma es imposible y por supuesto no pueden garantizar su abastecimiento en el tiempo”, puntualizó.

El profesor aludió estudios de base económica según los cuales las ciudades trabajaban para exportar y eso le facilitaba la base económica, pero advirtió que estudios realizados demostraron que eran más impactantes las ciudades endógenas, porque agregaban más valor agregado.

“Una economía especulativa que tenga por finalidad el lucro no conduce a una ciudad sostenible, debe ser más bien la economía del bien común, la economía circular, la no especulativa, la que conduzca a ella. Y otro de los caminos es el ambiente natural incorporada al ambiente urbano y un gobierno honesto y eficaz”, dijo González. Y afirmó: Si no se dan esos cuatro caminos es muy difícil lograr una sociedad que camine hacia la sostenibilidad”.

Explicó que las organizaciones civiles y las relaciones de calidad entre ellas las que posibilitan la sustentabilidad, y añadió que la economía articulada con el bien común es fundamental.

Hay que hacer ciudades vivibles y cordiales, dijo, donde “los habitantes puedan comunicarse y compartir”,  en espacios de encuentro como museos, bibliotecas, cafés y pequeños parques arbolados donde la gente pueda sentarse a conversar. “Barrios donde la gente viva, trabaje y tenga las condiciones para su esparcimiento, esa es una sociedad que camina hacia  la sustentabilidad y facilita una ciudad sostenible”, agregó.

Mencionó también el servicio de recolección de los desechos sólidos y el reciclaje como otro factor de sustentabilidad.

Destacó, como otro factor determinante, la necesidad de un gobierno honesto. “Para que una ciudad sea sustentable se requiere un gobierno transparente, abierto, participativo, tolerante, eficiente, que use las tecnologías para favorecer la movilidad urbana, comprometido con el espacio cívico y el bien común.

Déficit de las ciudades

Mascareño enfocó su disertación sobre la ciudad misma y señaló que “hay  déficits en cómo esta se está pensando y cómo se concibe en el futuro, en el marco  de la sostenibilidad.   

Se refirió a la complejidad sistémica y la gobernabilidad sostenible. Hizo un repaso de las primeras concentraciones urbanas “atadas a un sitito” como producto de la actividad agrícola, y  luego del rango de la interacción fija, cercana, permanente comenzó la dinámica de las ciudades hasta el día de hoy.

“La ciudad es un logro de las sociedades y se ha convertido en la orografía de la civilización. Su éxito radica en ser el centro de las conexiones que promueven conocimiento e innovación a partir del cual hemos vivido los mejores momentos de calidad de vida y confort”, apuntó el profesor.

Explicó que al comenzar el siglo XXI el mundo alcanzó un hito: las personas que viven en ciudades pasaron a ser mayoría y llegaran a ser 70 de cada 100 en el año 2050 “y esto está relacionado con el desarrollo económico, tecnológico y con cambios profundos en la organización social y patrones de comportamiento. Se trata de una dinámica global de reto inmenso”, dijo.

“El punto está en que hay un desfase del conocimiento ante la creciente complejidad de la ciudad”, expresó, y se refirió a cómo las nuevas tecnologías propiciaron el ordenamiento de espacios con una concepción mecanicista que concibió a la ciudad “como una máquina que puede ser moldeada y controlada y de allí emergió la planificación urbana”.

Más adelante, sostuvo que si bien los problemas de la ciudad tienen que ver con su naturaleza compleja, el tratamiento no ha sido totalmente adecuado

Luego destacó: “La tasa de fracaso de la planificación urbana es tan alta que los conflictos de la ciudad siempre van a muchos pasos por delante de los planes que se proponen para resolverlos, y las intervenciones urbanas pierden su efectividad y pertinencia en el corto y largo plazo, siendo inútil cualquier intento de dirigir procesos sostenibles y eficaces en el comportamiento de las ciudades”.

Mascareño consideró necesaria la humildad por parte de las estructuras planificadoras urbanas para asumir que mejorar la ciudad pasa por entender su naturaleza, por lo que se impone un trabajo colaborativo en el que intervengan todos los actores componentes de la ciudad, “y no solo las prescripciones emanadas de una atalaya de desgobiernos o de equipos especialistas que pretenden ordenar la ciudad”.

En su opinión, es indispensable que se conciba a la ciudad como un sistema abierto a su entorno socio territorial, con procesos de innovación que permiten el mejoramiento de la calidad de vida y que garantiza patrones culturales que le confieren identidad. 

“La complejidad de la ciudad  no depende de su densidad física o de la suma de casas y calles, sino de la intensidad de los intercambios entre sus componentes y la permanencia del flujo de sus intercambios”.

En su análisis también abordó el tema de “cómo adaptar a los cambios que no controlamos”, para poder trabajar sobre la sostenibilidad como compromiso de buena voluntad.  Y aseguró: “La principal amenaza de la ciudad no es el caos que se pueda observar, sino la simplicidad con la que se enfrenta; se necesitan nuevas instituciones que se dediquen a construir nueva gobernanza sostenible para la ciudad del futuro”.

Visión local de la sostenibilidad

El alcalde Sayegh, por su parte, analizó desde la perspectiva local la sostenibilidad que, dijo, no es solo propia de otras ciudades del mundo. “En la práctica me toca buscar la manera de poder desarrollar muchas iniciativas en esa dirección”.

Recordó, al Inició de su exposición, los tres pilares de la ciudad sostenible, según el programa de asentamientos humanos de Naciones Unidas, como son: el ecosistema humano que mide la calidad de vida en cuanto a infraestructura social, como salud, educación, transporte, y servicios básicos. “La situación de agua y la luz en Venezuela es realmente difícil para la ciudadanía”, acotó.

Dijo que su gestión se ha centrado en las áreas de seguridad personal, salud  y educación. “En la primera hemos avanzado de manera importante, pues en El Hatillo hemos implementado políticas concretas que en seis años han permitido que el municipio sea el más seguro de la ciudad”.

Aseguró que en seis años se redujeron en más de 70% los índices delictivos totales, mientras desapareció el de secuestro, “que era el que más preocupaba a los hatillanos”.  Lo atribuyó a la creación de la Academia de Polihatillo, el Centro de Control Integral que, a través de tecnología, presta un servicio de televigilancia para la prevención del delito y seguridad de los ciudadanos; y se triplicó la capacidad operativa de la institución policial. “Esto, a pesar de que poner un pie de fuerza es complicado, sobre todo en un país donde no hay diésel, gasolina”, añadió.

También refirió que tienen un proceso de bonificación y de depuración del cuerpo de funcionarios policiales.

Acerca del sistema de salud, el alcalde aseguró que cuentan con más de 85.000 trabajadores y eso se debe a “la cantidad de servicios médicos que prestamos, a través de convenios con alianzas que permiten fortalecer el sistema público con el privado y subsidiar el servicio a las personas de menos recursos”.

“Esto es justamente sostenibilidad, porque esta no depende de un gobierno paternalista, como fue desarrollado el Estado venezolano por el petróleo, creemos en mo0delos sostenibles que pluralizan la capacidad económico”, indicó.

En cuanto al sistema educativo del municipio, destacó que los niños de las escuelas municipales tienen clases los cinco días de la semana, mientras que en otras localidades reciben clases apenas dos días. “Tenemos los staf de docentes más completos y los mejores pagados del estado Miranda siendo el municipio con menor presupuesto, tenemos cantidad de programas escolares”.

Además, mencionó el sistema medio ambiental en El Hatillo que es considerado el pulmón verde del sureste de Caracas. “Hemos tenido récord en paralizaciones de obras y de invasiones en esa zona rural”, aseguró, y mencionó otros programas de recuperación de espacios públicos.

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